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jueves, 12 de agosto de 2021

Las poetas del montón

 

 

Las poetas del montón

 

I-

Las poetas del montón;

las malas poetas poetisas,

pizarra y tiza en mano;

las Nada que decir,

sus obsesiones:

heptasilábicas, decimonónicas;

como una red que al humo no renuncia;

asediadas por el oscuro recoveco

de una crisis que no sufren;

se rejuntan juntitas a aplaudir

sus diablos azules, vetustos y sin brillo,

como indica el zodíaco

del diario de anteayer.

Entre copas de vino

y labiales baratos

se besuquean las mejillas

a diestra y siniestra.

La anchura de sus fugacidades

me descorazona.

Con temblores de gallinita clueca

me amedrentan.

Sus cuchillos cargados de jardines

y florcitas anticlericales

para un casamiento de punta en blanco,

asfixian los pechos de

los ángeles que invocan.

 

La constelación de la pausa

festeja su afonía.

El píloro manda resignación

ante la adoctrinada terquedad

del vómito que expelen.

 

Las de Barranco, siembran

una estética

de enfermedades que no existen

para ofrecer soluciones

que tampoco aportan.

 

Ohhh primer amor.

Cuanto insensato te denigra

con canciones que se arrugan

alrededor de tu mirada.

Quien ya no te quiere

nunca te ha querido.

 

 

 

II -

He forjado esta carta

desde la celda de mi aburrimiento.

Sin nostalgia del no ser

fui la chica del coro,

la empleada doméstica,

la manicura inerme,

la depiladora ciega,

la auxiliar contable

que calcula los milagros,

el porqué de los oyentes de poemas y cantares.

 

La he escrito porque sí,

para curar el tedio del domingo,

14 de noviembre del 2010,

la prisa de los lunes,

la maldición de Marte,

el cielo nebuloso de la actual primavera

que escasea/ que escarcea/

 

En el viaje de regreso,

mi tren no encontró el pueblo,

el pueblo se marchó

abatido, detrás de un viento seco.

Delirando

su enfado contra la barbarie,

se asentó en las orillas de la civilización.

Por su tronchada mente torpedearon

sueños de avenidas

en expedientes importados

por suntuosas pantallas panorámicas.

 

Ohhh primer amor.

Cuanto insensato te denigra

con canciones que se arrugan

alrededor de tu mirada.

Quien ya no te quiere

nunca te ha querido.

 

Lo peor de la inocencia es su belleza.

Lo mejor de la inocencia son los destripamientos.

 

Como dijo Juan Gelman

en su Mundar libro:

 

“Los pájaros cambian de vida

y preguntan lo mismo de siempre.”

 

 

III-

 

 

¿Me nombra todavía su alma en pena?

No se trata de una simple pregunta retórica.

Quisiera saberlo.

Miénteme urgentemente

con muchas oraciones de respuesta.

Por mensaje privado o correo manuscrito,

por carta sin timbrar, o como gustes.

 

Dime que Jeff Buckley

no se ha ahogado en el Río Wolf,

que es el río deyectado de la estepa,

del famoso erial, que me deshoja

y en su camino fatal

alguien va sembrando el mal...

 

Dime, por tierna analogía,

que Jeff Beck,

guitarrista de Yardbirds,

-esos pájaros del patio delantero-

no ha roto su guitarra en el Blow-up

de Antonioni

y que en esa cueva de Julio

nadie desesperó

por tener un pedazo de madera

para arrojar su rabia al fuego de las calles.

 

Menudos lobos esteparios

bien atados

en todos los corrales,

para que yo los recoja.

 

¿Los has visto en el Perú?

Me escribió steppenwolf,

el de la página porno

que gozaba tener sexo

como el bíblico Onán

del coitus interruptus,

mirando las fotografias

de Carmen de Las Delicias,

la famosa prostituta de la calle madrileña,

la Carmen de Bizet del triple equis.

Me ha escrito, te decía,

del otro lado del mostrador,

sin decir esta boca es mía,

con recelo,

callando para otorgar

su impotencia de toro en las corridas.

 

¡Qué Don Juan de la Cruz crucificado!

¡Qué ventisquero de hielo!

 

¿Me nombra todavía su alma en pena?

No se trata de una angustia casual.

Quisiera saberlo.

Miénteme con demagogia,

con muchas evasiones por respuesta.

 

Lo mejor de la inocencia es su belleza.

Lo peor de la inocencia son los destripamientos.

Versa y reversa.

 

Como dijo Juan Gelman

en su Mundar libro:

 

“Los pájaros cambian de vida

y preguntan lo mismo de siempre.”

 

El silencio enmudece la pasión

y la prolonga.