jueves, 12 de agosto de 2021

Finales

 

Finales

“Que sepa coser

Que sepa bordar

Que sepa abrir la puerta

Para ir a jugar”

 

 

Con cierta falsa masculinidad

y con sus conciencias universales

los hombres se disponen

a matarse en combates

por ser héroes de guerra con gloria en las espaldas.

(Mira cómo se trenzan

en partidos de fútbol de la liga).

 

Las mujercitas consienten benévolas

a ser sus enfermeras, sus esclavas,

con suma omni-sapiencia de karma del destino

serán madres solteras,

la voz que no se acalla,

o señoras ridículamente hostigadas,

en un cuchicheo entre toldos

de los chiringuitos de playa.

 



Señoras y señores

se casan y descasan.

Administran pobreza.

Educan al soberano.

Curan heridas con alcohol, limo y agua.

Bordan trapitos al sol para abrigarse.

Y continúan sonriendo

con plácida bonhomía

mientras dan de merendar a perros y gatos.

 

Después de engordar lentos, sin prisa

mas sin pausa,

trepanando sus alas

con cruel incompetencia

en sendos corazones abatidos

de ganarse la vida, con resaca,

sus horas se corrompen en morderse las uñas,

esperando al Mesías,

o al hijo, que es lo mismo.

Apuesten por Obama, por Chávez o Bin Laden,

el que gana se lleva como premio consuelo

una flor de palabra.

 

(El fin de la inocencia

se acopla en sus chicharras)

 

 

 

 

 

Más pequeña y más grande que un átomo

 

Más pequeña y más grande que un átomo

 

Más pequeña y más grande que un átomo

es la tristeza intangible.

No cabe tanta desolada pena

en un frágil corazón herido

de mortal soledad indefinida.

Atravesar la puerta de la casa

y verse solo,

rodeado de espectros fantasmales,

contraría la gracia de la noche

que promete tropiezos seductores

con carabelas que el mar ha naufragado

en islas de reputación dudosa

entre mareas de alcohol y pestilencia.

Mirar a cada rato

la pantalla del teléfono móvil,

que hemos convenido en llamar celular,

porque cada mensaje a recibir

formará parte de la epidermis afectiva,

sutil canción de cuna que arrulle nuestros sueños,

y decepcionarnos,

como si no supiéramos de entrada

del abuso de spam publicitario

que va a  burlarse de nosotros.

Encender el televisor como un ritual inútil

y apagarlo,

buscando cualquier cosa

que espere en el refrigerador el momento adecuado

de ser servida en la mesa.

Ir cocinando

la comida menos aconsejable del día

en tanto que extendemos la cama que dejamos desecha

antes de salir apurados al trabajo.

Cenar, por fin, a solas con la ausencia,

que crece cual una sombra bien alimentada.

Y después de leer algunas páginas

del libro más tedioso de la historia

de la literatura contemporánea,

otra vez a irse a dormir con la seguridad

de que este no ha sido el peor día de nuestra vida,

que nos queda mañana por delante,

si logramos sobrevivir la aturdida pérdida

del abandonado

a la deriva de Dios y su ironía.

 

 

 

“Lo dejo a tu criterio”

 “Lo dejo a tu criterio”


Chisporrotear, lo que se dice chisporrotear,

ella chisporroteaba poco.

Lo había hecho antes la guerra, pero ahora elegía el jardín.

Su cuerpo no fulguraba embriones con aspecto de lozanía.

Sus jaleas no iban a cambiar el equilibrio del sistema.

La memoria guardaba un éxodo.  

Casi nada tomaba al pie de la letra.

Cuando entornaba los ojos se veía muy mayor

comparada con higueras o sequoias.

La infancia era un espejismo.

La juventud florida, un tórrido recuerdo ambivalente.

Su tronco estaba preparado para que su apellido

se grabara en las rocas,

que guardan las huellas de tantos olvidados

que dejaron caer su peso sobre la tierra.

Y sin embargo,

la dócil casualidad jugó sus cartas eternas.

A lo hecho pecho.

Su estridente obsesión quedaba a salvo.











BE SOBER

 BE SOBER

Be sober, be watchful: your adversary the devil, as a roaring lion, walketh about, seeking whom he may devour

1 Peter 5:8 (English Bible revised version)

 

La piedra de Babel te asfixia.

Llorar por los rincones

no está mal, valiente criatura.

Se terminó la guerra del sudor.

Ahora hay que juntar los platos rotos

en un psiquiátrico de niños.

 

La fiebre inalterable en el papel

calma la cuota auténtica del miedo

y va pisando charcos entre arterias

de corazones rotos.

Aventurarse a ser el mago

que levanta pedazos de cerebro

es una beca absurda en el idilio.


¿Cómo puede juzgarte

un río sin aristas

que mide en regla de oro los escándalos?

¿Cómo puede ofenderte quien

apenas te conoce y se persigna?

Las compuertas del infierno

 

Las compuertas del infierno

 

Hay que construir compuertas,

diques, canales

al yo que nos asesina.

 

Hay que derrapar por los manglares

de una naturaleza desbordada

y resolver los enigmas del Otoño.

 

Llegar a otros sitios

deshabitados por hombres ciudadanos

que no conocen de cuchillos y escalpelos,

ni de pasta enloquecida.

 

Hay que retomar las barcas

que nos llevan de esta muerte sin destino

Y volverse mago, hereje, monje,

científico, astronauta,

filántropo del camino,

jugador de tute cabrero,

traficante de vírgenes sin desvarío

y sin sueños.

 

Hay que amortizar los empeños,

dejar a un costado los pecados capitales,

y fornicar robando hasta la última hora.

Apresurar el adulterio con la mujer de tu amigo.

 

Vivir en un segundo

el segundo que es tu vida.

 

 

 

 

El mochuelo de Minerva

 

El mochuelo de Minerva

 

“En la vida lo principal es explicarse.

De la cárcel se sale vivo, de la guerra no.”

Viaje al fin de la noche

Ferdinand Celine

 

 

No hay una sola palabra en este mundo

que merezca quedar en la memoria.

Los hombres son de paso,

sus lenguajes

se extinguen, se bifurcan, se matizan.

 

Se fragmenta la vida en divergencias.

No ejerce Dios fuerza gravitatoria.

La realidad de ensueño enajenada

carece de sentido.

El sermón no trasciende a los espíritus.

El alma no consigue definirse

en su clarividencia.

 

Durante algún tiempo tendré

que seguir exorcizando blasfemias,

tirando del ovillo,

tratando mal de aparentar cordura

cuando toca vivir

y perder pista.

 

La poética agoniza a manu propria

Prescribiré su desengaño

a medida que lo recuerde,

con hebras sueltas o articulaciones

como si el ruido de mi voz

emitiera la música genuina

de huríes extenuadas.

¿Quedarán paraísos en el fuego?

¿Es posible reconocerlos

sin una dimensión retórica?

 

Flexiono y estiro mis vértebras

mientras me voy deshaciendo

con una desmesura truculenta

hasta la liberación de la heurística

e invado escuelas

con arte de fantasma emparedado.

 

 

 

 

 

 

La lechuza o mochuelo de Minerva: metáfora hegeliana sobre la filosofía.

Los oscuros peones del rey. Primera visión de Isaías

 

Los oscuros peones del rey.  Primera visión de Isaías

"Estoy harto de holocaustos de carneros

y de la grasa de animales cebados

no quiero más sangre

de toros, corderos y chivos

Oráculos. Primera visión de Isaías.

 

I-

Cuando

desampara el deseo a los peones,

y la cuerda que tensa la guitarra del Rey

se rasga,

enmohece la lírica del sordo y compañía,

cuando

se alzan en ejércitos en furia,

perdiendo los papeles en el toque de diana,

cuando el pozo de lobos de la guerra

simula un bache do esconder carneros

y el Magreb y la aurora se confunden

en un horizonte nebuloso

en sombras,

llegan los tiempos del oráculo:

los oscuros,

aquellos que ni rastro dejan en la arena,

los tímidos,

los hombres y mujeres de su Alteza y Señoría,

 

esa peonada jornalera,

harta de holocaustos

nutridos de la humana piel

de pequeños hermanos,

denegará al Pentágono sus órbitas terrestres,

y les dará venganza por mano propia:

 

Construyamos juntos el pesebre

en el rayo azul de sus embustes y caprichos.


Dulce sueño mío

 

Dulce sueño mío

 

Todo se ha ido esfumando.

De repente ha pasado el mundo

en su carroza de espejismo,

el mundo que ha cegado nuestros ojos.

El cielo está ahora gris de nubes tormentosas.

El ruiseñor bosteza

y trece rosas rojas

duermen

el infinito ensueño

de la resurrección.

La luna aletarga esta noche

con su tibieza de ángeles.

Presiento el paraíso

como una despedida de solteros,

donde bailamos juntos

y embriagados

la milonga del rastro perdido,

hasta que la aurora remonte el vuelo

del torvo amanecer.

La quemadura del tiempo

deshabitado y baldío,

angustia a quienes no han podido

subrayar el estribillo

con cuchillo de plata.

Nos vamos, ruinoso sueño mío,

¡Las horas que gastamos

sacando punta al lápiz!

La bruma, atribulado sueño mío.

Las tinieblas, el caos, la linterna,

el estereotipo de las escaleras.

El cochero está batiendo palmas.

La puerta, entreabierta,

No te alcanzo, perfumado sueño,

engañoso sueño,

la herrumbre de la aldaba,

el lagrimal herido, la cerradura rota

la zona escampada entre difuminados ocres,

las líneas paralelas, los relinchos lejanos.

Nos vamos,

dulce sueño mío.

Acaso

nos volveremos a ver

en un cruce de sórdidos andenes.

 

 

 

 

Se nos fue de las manos

 

Se nos fue de las manos

(canción)


Se nos fue de las manos.

Se nos fue de las manos.

Déjame que te explique

regando los geranios

con los ojos vendados;

déjame que te enseñe

por si sirve de algo.

Se nos fue de las manos

tratando de intentarlo

con los ojos cerrados

del jardín del verano

que es igual que en visiones

opacas por los años.

Se nos fue de las manos

como turbia calima

de vapores del agua;

cada línea fue escrita

-cada turbia calima-

me abstendré de citarlas.

Déjame que te explique

con los ojos hinchados

de ausentes maquinarias,

ceremonias sombrías,

cargadas de tormentas,

contra el sexo inflamado,

miradas atenuadas,

corazón hecho trizas,

opaco por vapores

del huerto de geranios.

Se nos fue de las manos

sin poder remediarlo.

Menudos promontorios

y nidos reaccionarios

huyendo de las nubes

cargadas de tormentas

en el triste escenario.

Me abstendré de citarlos.

cada línea fue escrita:

pordioseros de estado

peregrinando leves,

subiendo hacia las nubes

quisimos intentarlo,

masticando raíces

de contexto obligado.

Se nos fue de las manos

y todo lo perdimos:

el sexo, las raíces,

el lodo, las tormentas,

las nubes, los geranios.

Se nos fue de las manos.

Se nos fue de las manos.

Para salir al mundo

 

Para salir al mundo

 

Tuve que darme un poco de coraje

para salir al mundo y complacerlo.

A veces, la fatiga nos funda un horizonte

y dejamos caer en la mortaja

latidos que hemos visto escabullirse,

como avances nocturnos de películas

que solo han de pasar

en el canal antiguo del olvido.

Tuve que darme un poco de resuello

para salir al mundo y comprenderlo.

La anciana sombra del ayer moroso

se ha descarnado en velos y congojas

de inminencia futura e indispuesta

que admite estar ausente con aviso.

Aflicción del deseo

donde nada habrá sino nostalgia prescriptiva.